lunes, 21 de abril de 2008

Heridas

Sangro, pero no tengo heridas. Sangro por dentro, sangra mi alma. En los qué más confiaba me han traicionado. Han hecho de mí un ser insignificante, como un triste parásito que necesita a los demás para sobrevivir. Me han hecho caer en una espiral de locura sin remedio. Me han hecho caer en el vacío del Olvido, en la Oscuridad más densa. Una Oscuridad tan densa que se adentra en tus pulmones, haciendo que te cueste respirar. Una Oscuridad que te oprime el pecho y te impide avanzar. Han provocado un Vacío que no se puede llenar con nada, por qué todo lo que intenta llenar ese Vacío es consumido por el mismo Vacío. Han provocado angustia, ira y desesperación. La desesperación es tan grande que logra arrancar lágrimas de mis ojos, haciendo que se deslicen por mis mejillas hacia abajo, y al llegar al borde, caen como caería un suicida desde un balcón. Al llegar al suelo estallan, esparciéndose por el suelo. Merece la pena tanto sufrimiento…? La pregunta me retumba en la cabeza, como intentando hallar la respuesta a lo lejos. Pero la respuesta no estaba en la Oscuridad, ni tampoco en el Vacío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente... Genial ^^