jueves, 10 de abril de 2008

Ilusión Paradójica

El rocío de la mañana sobre la hierba de un prado verde. Tumbado en la hierba, una brisa muy suave recorre la colina, acariciando la tierra, acariciando tu tez. El olor a hierba inunda tus fosas nasales. El cielo azul añil, moteado de nubes blancas y esponjosas como algodón, las cuales hacen formas extrañas. Te tumbas al pie de un árbol y observas el cielo, extrañamente feliz. Sientes el calor del sol en la cara. Un calor acogedor. Esa extraña sensación de felicidad te hace esbozar una sonrisa. Pájaros silban alegremente en las ramas del roble, grande y majestuoso. Todo parece perfecto, todo está en una perfecta calma que parece inquebrantable.

Pero entonces un claxon te despierta, y te devuelve a la realidad rompiendo tu fantasía. Te hallas en la calle, caminando por una acera. Estabas soñando despierto. La realidad que ves no es como te gustaría que fuera… A tu alrededor ves edificios que se aglomeran unos contra otros, gente que viaja en manadas de un lado para otro, contaminación, ruido, estrés, prisa… De un bufido bajas la mirada, y continúas tu ardúo camino mientras pateas una lata.

Kitsune

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